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jueves, 13 de enero de 2011

2011, Es tiempo de soltar amarras.

Es tiempo de replantearse


En este año que termina, es tiempo de soltar amarras... Aquí dejo todo lo que me hace daño. Es tiempo de ser más fluido con la gente, conmigo mismo. Es momento de dejar ir. De permitir que el viento me despeine y me sacuda; que se lleve el resentimiento, que mi alma perdone deudas y deudores.



Es tiempo de que me perdone a mí mismo; ya me regañé bastante. Fueron muchas las piedras que yo mismo puse en mi camino; los puentes dinamitados...


Para autocastigo ya estuvo bueno; elijo el camino de la aceptación; es más barato.

Acepto y entiendo que merezco empezar de cero; con alma transparente y espíritu tranquilo. Esn este año que viene, lo que ha de ser, será.

Entiendo que por más que me angustie, no agregaré a mi estatura un centímetro; Es tiempo de relajarme. Dios no me está juzgando; está muy ocupado haciendo otras cosas. Así que ¿Por qué habría yo de hacerlo?

Es hora de levar anclas... De liberar cosas, de soltar gente. Nadie tiene que ser como yo quiera. Así están perfectos. Así ha funcionado hasta este momento su vida. Me dedico a atender lo mío, a refundarme.

De vez en cuando viene a bien tirar lo que ya no sirve, perdonar.

Entre SER FELIZ y TENER RAZÓN, elijo lo primero. Tener la razón es el peor de los desgastes, pues te quita el sueño intentando corregir el universo.

Es hora de soltar amarras, de confiar más en la gente. Me dejo ir. La vida me conduce. En este año que comienza quiero un corazón joven, que brinque de gusto con el cantar de los pájaros que anuncian la mañana. Como cuando éramos niños. ¿Te acuerdas?

Un alma que sea capaz de asombrarse con el amarillo retador de los girasoles en el campo, de ver en el cielo un milagro pintado de azul y no solo un día más, llano y simple.

Es tiempo de soltar amarras y maravillarme. He estado demasiado ocupado para ver las estrellas y no me daba cuenta de que así sostiene Dios al cielo; con tachuelas de plata, porque el hierro se oxida.

¡Que Juanito está enojado! Elijo mirar la sonrisa del sol, siempre está de buenas.

¡Que Panchita ya no me quiere! Elijo abrazar el aire; me ama lo suficiente para mantenerme vivo. ¿Qué mejor prueba de amor?

Afortunadamente, Dios me dió la facultad de elegir. Elijo controlar a mis propios demonios, es más... he decidido darles vacaciones.

Eso de la omnipotencia me estaba dando gastritis. Es tiempo de soltar amarrras, de levar anclas, de dejarme en Paz.

De tanto pelear conmigo se me estaba olvidando a qué sabe la sonrisa.

Que bien es cuando no controlas a nadie, cuando no pides cuentas, cuando tiras a la basura la bitácora de los rencores. Este año que comienza, no quiero una bitácora en blanco, ni siquiera un cuaderno; no tengo donde echarlo. La mochila la tiré en diciembre pues me estaba torciendo la espalda. Así que no pienso apuntar nada.

Así estoy mejor, caminando erguido y a buen paso. Este año que comienza quiero ser más justo; la vida no es un tablero de ajedrez ni las personas caballos o alfiles. Trato a la gente como me gustaría ser tratado. Ser honesto se vale.

Quiero y necesito un buen principio y seguir así indefinidamente. Si algo nos debemos, te ofrezco un abrazo, te ofrezco una disculpa. Yo ya me perdoné. ¿Podrías hacerlo tú también? Yo te invito. De este lado está más fresco, más oxigenado.

REDISEÑARSE es una palabra muy comprometedora... ¡Te obliga a caminar sin excusas! Sin nadie a quien echarle la culpa de nada. Pero definitivamente es el camino al cielo.

Este año que termina, además de sinsabores, tuvo también sus maravillas; conocí a mucha gente buena y sintonizada con el AMOR y la ESPERANZA; Un amigo renunció a los accidentes; se puso en paz con la vida y la agarró por los cuernos. Fueron más las sonrisas que las lágrimas.

Caminé de la mano con personas dispuestas a servir al mundo sin nada a cambio y ha sido fascinante encontrarlos. Es tanto y tanta gente a la que tengo que agradecerles; a la familia en que la sangre me puso, y a la familia que la vida me concede en cada rostro que conozco.

NADA ES CASUALIDAD, no hay accidentes en el mundo de la voluntad. Por eso, sea cual sea la razón por la que estés leyendo estas líneas, y la flojera no te impidió llegar a este párrafo, elijo creer que el universo nos permitió crear este lazo, aún cuando ni siquiera nos hayamos visto.

Elijo creer que ambos estemos dispuestos a sembrar más sonrisas en nosotros mismos y en la gente.

San Juan 21: 7


“Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: ¡Es el Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se había despojado de ella), y se echó al mar”.
Somos rebeldes y pecadores, mas Dios no nos ve como somos, sino como llegaremos a ser cuando nos encontremos realmente con El y suframos una transformación que solo es posible en el ámbito sobrenatural.
Esta historia llena de lágrimas mis ojos, porque es la historia que muchos en algún momento de nuestra vida hemos experimentado, puesto que no es necesario renunciar completamente a Dios como para alejarnos de El, tu puedes ser el mejor servidor a la vista de toda la congregación, pero puedes estar totalmente alejado de una verdadera relación personal con el Señor.
Todos conocemos la historia de cómo Pedro negó a Jesús, ese hombre que en algún momento dijo: “…Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré” (Mateo 26:33). Y es que aunque muchas veces le prometamos todo lo que queramos al Señor por puros impulsos humanos, cuando la realidad de la prueba se presenta muchos hacemos lo mismo que Pedro, huir y negar lo que un día profesamos: “Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” (Mateo 16:16).
Y es que es fácil decir todo lo lindo que Dios es cuando todo esta en bonanza, cuando todo es una bendición y cuando sus milagros y maravillas están a simple vista.
Pero lastimosamente muchos no estamos preparados para la hora de la prueba, Jesús le dijo a Pedro: “…Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo” (Lucas 22:31) y en otra ocasión también le había dicho: “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”. (Marcos 14:38)
El episodio de su negación todos lo conocemos, la Palabra de Dios describe como luego de negar a Jesús, Pedro lloro amargamente:“Y Pedro, saliendo fuera, lloró amargamente”. (Lucas 22:62)
Yo me puedo identificar con Pedro, sentir lo que el sintió en ese momento, percibir el ambiente que se movía y lo peor de todo saber que le había quedado mal a aquel que había depositado su confianza en el, que le había elegido para hacer historia, que le había discipulado para ser cosas mayores de las que El había hecho, pero que todo eso había sido echado a la borda. Tenia razón Jesús, El ya lo había dicho y se cumplió tal y como lo dijo. Seguramente Pedro estaba destrozado.
Este episodio es semejante al que muchos a travesamos en la vida, cuando luego de ser testigos de cosas maravillosas del Señor, luego que Dios nos rescato de la muerte eterna, nos dio nueva vida y aparte confió en nosotros para alguna tarea en especial, nosotros decidimos fallarle, negarlo con nuestras acciones y olvidarnos por completo de todo lo lindo que ha sido.
Y es que es duro, creo que ningún de los que en algún momento hemos tenido un encuentro con Dios nos sentiremos orgullosos de fallarle al Señor, jamás nos sentiríamos orgullosos de hacer algo que lejos de agradarlo lo entristezca. Pero nuestro Dios es grande en misericordia, amor y sobre todo perdón.
Volviendo al primer versículo que leímos, notaras como algunos de los discípulos habían vuelto a su trabajo normal, a ese que desempeñaban antes de ser elegidos como discípulos del Señor. Como cuando tú luego de fallarle al Señor, vuelves a hacer lo que antes hacías, vuelves a tu vida normal del mundo.
La Biblia narra como estos discípulos se encontraban pescando, pero al igual que la pesca milagrosa, no habían pescado nada, Jesús se acerco a ellos desde la playa y les dijo que sumergieran nuevamente las redes (Juan 21:6), al momento ellos obedecieron y no podían ni sacar las redes por la gran cantidad de peces, en ese momento Juan el discípulo amada reconoció que era Jesús y dijo a Pedro: “¡Es el Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se había despojado de ella), y se echó al mar”. (Juan 21:7)
Cuando Pedro oyó que era el Señor, dice la Biblia que se puso la ropa y se echo al mar, para encontrarse con Jesús que estaba en la playa. Y es que Dios es un Dios de oportunidades, Pedro había fallado, había vuelto a su vida antigua, pero aun así Jesús fue a buscarlo y Pedro frente a la insistencia de Dios por buscarlo opta por salir corriendo a su encuentro, como un hijo prodigo anhelando una segunda oportunidad la cual esta vez aprovecharía.
Me encanta este episodio, me lo imagino como que si yo estuviera ahí, hay dos cosas importantes de rescatar en este episodio:
1. Jesús fue a su búsqueda: Es que aunque no lo merezcamos su amor es ETERNO, no tiene sobra de variación, su amor por ti y por mí siempre será el mismo, pero El anhela verte en su redil, por eso te buscara para restaurarte, ese es el BUEN PASTOR aquel que busca a las ovejas descarriadas. Pedro al igual que tú o yo no nos merecíamos tanto, pero el amor de Dios no es de merecerlo, sino que es porque SIEMPRE HA SIDO y nunca dejara de ser.
2. La actitud de Pedro frente al encuentro de Jesús: Pedro se dio cuenta que era la oportunidad de reivindicarseTODO el PERDÓNy AMOR que tiene para los suyos.
Que lindo episodio, lo que todo parecía arruinado fue RESTAURADO POR NUESTRO SEÑOR. Y es que El es un Dios de Oportunidades.
Amados, no se que momento estas pasando, no se como estará tu relación personal con el Señor, no se si estas apunto de tirar la toalla y regresar a tus antiguas actividades, más en esta hora te digo con toda convicción: DIOS ES UN DIOS DE NUEVAS OPORTUNIDADES.
Lo ultimo que Dios querría seria que tú te fueras a tu antigua vida, El te ama y con su ETERNO amor te busca porque quiere restaurarte, quiere perdonarte y darte una NUEVA OPORTUNIDAD.
¿Porque no te bajas de esa barca de vida antigua y corres a su encuentro?, ¿Por qué no te ciñes los vestidos y vas delante de El?, te aseguro que al estar en su presencia sentirás como su AMOR y PERDÓN te alcanzan.
DIOS es un DIOS de NUEVAS OPORTUNIDADES y El te quiere dar una NUEVA OPORTUNIDAD HOY.

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