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jueves, 18 de agosto de 2011

Benedicto XVI animó a los jóvenes a despreciar el egoísmo y la violencia



En el inicio de su visita a España, les pidió que se aferren al Evangelio y que sean misericordiosos. El Papa expresó su preocupación por el desempleo y la discriminación que sufren tantos.

El Papa Benedicto XVI llegó ayer a Madrid con un mensaje de reivindicación de la moral tradicional cristiana para una juventud que abarrotó el centro de la ciudad para recibirlo en su tercer viaje a España, donde en visita pastoral preside la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) hasta el domingo.

Nada más aterrizar por la mañana, formuló una severa condena al materialismo, el egoísmo y la violencia. Y por la tarde, ante decenas de miles de peregrinos reunidos en la plaza de Cibeles y sus alrededores, arremetió contra quienes "creyéndose dioses, piensan no tener necesidad de más raíces ni cimientos que ellos mismos".

Los jóvenes "ven la superficialidad, el consumismo y el hedonismo imperantes, tanta banalidad a la hora de vivir la sexualidad, tanta insolidaridad y tanta corrupción", aseguró el pontífice alemán en el aeropuerto de Madrid, donde fue recibido por los reyes Juan Carlos y Sofía y el jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, entre otras autoridades.

Joseph Ratzinger, de 84 años, expresó su preocupación por los problemas y peligros que acosan a muchos jóvenes, como el desempleo, la drogadicción y la discriminación. Hay otros que "precisan de prevención para no caer en la red de la droga, o de ayuda eficaz, si por desgracia ya cayeron en ella", dijo.

"Que la llama del amor de Cristo no se apague nunca en vuestros corazones", les dijo ya por la tarde en la plaza de Cibeles, donde fue aclamado por una multitud que lo esperó durante horas bajo un fuerte sol y unas altas temperaturas. "Recemos también para que su mensaje de amor resuene también en los corazones de quienes no creen".

El Pontífice pidió también a los jóvenes reunidos frente a la Cibeles que se escuchen "de verdad las palabras del Señor para que sean en vosotros espíritu y vida, raíces que alimentan vuestro ser, pautas de conducta que nos asemejen a la persona de Cristo, siendo pobres de espíritu, hambrientos de justicia, misericordiosos, limpios de corazón, amantes de la paz".

Allí, arremetió contra el relativismo moral en Europa e instó a los jóvenes católicos a no sucumbir a las "tentaciones", como los que "deciden quién es digno de vivir o puede ser sacrificado en aras de otras preferencias", dijo, aludiendo al aborto y la eutanasia.

El Papa no hizo en su primer día referencia expresa a las tensiones y desencuentros que han marcado en los últimos años las relaciones entre el Vaticano y el gobierno socialista de Rodríguez Zapatero, un agnóstico confeso que ha impulsado leyes como la del matrimonio homosexual, la despenalización del aborto y la agilización del divorcio. Pero esas palabras se pueden entender como una crítica velada.

Aunque ésta es la tercera visita a España de Benedicto XVI, se trata de la primera ocasión que el pontífice viaja a Madrid.

Decenas de miles de personas lo esperaron ayer en las calles de la capital. Una marea de coloridas camisetas de la JMJ y mochilas del peregrino se extendió por el Paseo del Prado, el de Recoletos y la calle de Alcalá, junto a banderas ondeantes de muchos de los 193 países de los que proceden los participantes en la multitudinaria cita de la Iglesia Católica, que arrancó el martes en Madrid.

"¡Esta es la juventud del papa!". Ya desde horas antes de que Benedicto XVI hiciera su aparición, coreaban la consigna bajo el fuerte sol y las altas temperaturas y mientras los bomberos los rociaban con agua.

"¡Ya viene! ¡Ya viene!", se alertaban los fieles unos a otros en las abarrotadas calles de la capital española por las que el pontífice pasó en papamóvil para dirigirse hasta la Puerta de Alcalá, donde recibió las llaves de Madrid de manos de su alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, y la que cruzó acompañado por 50 jóvenes antes de llegar a Cibeles.

Joseph Ratzinger recibió como regalos, además, guirnaldas, pan y sal.

Para algunos analistas, la frecuencia de los viajes de Ratzinger a España (tres en cinco años) refleja la preocupación del pontífice por el avance del laicismo y anticlericalismo en un país de larga tradición católica.

Al darle la bienvenida la Papa, el rey Juan Carlos recordó que los tiempos que corren "no son fáciles para una juventud tantas veces frustrada".

El monarca español, quien caminaba apoyado en un bastón a causa de la operación de la rodilla a la que fue sometido recientemente, habló de una "crisis de valores" y aseguró que "los jóvenes no sólo necesitan oportunidades, si no la ejemplaridad de sus mayores", por lo que "es hora de redoblarles nuestro apoyo", aseguró. l (DPA y Reuters)

Los jóvenes ven la superficialidad, el hedonismo y el consumismo imperantes, tanta insolidaridad y tanta corrupción".

Escuchen de verdad las palabras del Señor para que sean en vosotros espíritu y vida, siendo pobres de espíritu y hambrientos de justicia".

Tensión
La tensión entre manifestantes laicos y jóvenes peregrinos de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) se reavivó anoche en la céntrica Puerta del Sol de Madrid. La policía volvió a separar ayer a las facciones que intercambiaron de nuevo gritos y acusaciones. “Esta es la juventud del Papa”, coreaban los jóvenes católicos. “Vuestro papa es un nazi”, les respondían los manifestantes laicos, que se citaron en la Puerta del Sol a través de las redes sociales. Los laicos protestan por el costo de la visita papal.

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